Ser un diseñador contemporáneo
Para responder a la pregunta de si la moda africana debe occidentalizarse, vamos a profundizar en el perfil de Thebe Magugu para aportar un primer elemento de reflexión. Thebe Magugu afirma sistemáticamente sus orígenes sudafricanos en sus diseños. Fundó su marca homónima en 2015 y entró en la escena internacional unos años más tarde.
Reconocimiento internacional
En 2019, ganará el Premio LVMH. En 2021, será uno de los 6 finalistas del Premio Internacional Woolmark. Su insolente ascenso convierte su carrera en un caso de manual. Sus victorias le han dado acceso a los medios de comunicación internacionales, a la red y a los fondos que necesita para desarrollar su marca. Encadena hábilmente una serie de colaboraciones como si quisiera consolidar su estatus de director artístico clave. Sus cápsulas, creadas en colaboración con marcas occidentales, son una prolongación del ADN de su marca.
Incluye a su entorno en todas sus iniciativas, y su impronta sudafricana no es discreta, atenuada o ligera. De Az Factory a Adidas, está donde menos te lo esperas.

Thebe Magugu
Colaboración sin precedentes
Su experimento de exploración creativa con Pierpaolo Piccioli, director artístico de Valentino, es un buen ejemplo del renacimiento del ecosistema de la moda. Los dos diseñadores aceptaron el reto de crear una pieza única, o más exactamente, una transformación. Cada uno asumió el trabajo del otro para crear una nueva visión. Cada etapa de la experiencia fue documentada por Vogue. Es una interesante mise en abyme, un verdadero ejercicio de riesgo con el que Thebe Magugu parece sentirse perfectamente a gusto.
Con cada colaboración, el joven diseñador comenta cada una de sus iniciativas, describiendo sus influencias y su relación con África. Parece utilizar sus oportunidades como pretextos para hacer visible lo invisible. Afirma con fuerza su identidad plural y mezcla hábilmente las influencias. No niega. No olvida. Al contrario, contextualiza, permitiendo que cada uno se identifique con él y desempeñe su papel.
Sin concesiones, elige la dificultad para obligarnos a reconsiderar la parte de Occidente en África y la parte de África en Occidente en un mundo en el que las fronteras de la creación artística se desplazan constantemente.
Thebe Magugu parece estar consiguiendo dejar su impronta en la escena internacional con un toque ligero y sin comprometer su identidad.
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