Diseñadora de moda autodidacta
Ibrahim Fernandez es una figura destacada de la moda marfileña que ha conseguido transformar una pasión en una marca reconocida. Su determinación, su talento y su perspicacia para los negocios le han catapultado a la primera línea de la escena de la moda. He aquí la cautivadora historia de este diseñador de moda autodidacta. Todo empezó en Marruecos. Ibrahim tuvo que regresar a Abiyán tras la muerte de su padre. Desempleado, buscó ropa asequible, pero sólo encontró piezas demasiado caras. Afortunadamente, tenía acceso al taller textil de su madre, donde seleccionaba telas para llevarlas a la modista familiar. Su primer boceto, un peto, fue todo un reto para la modista. Trabajaron juntos para crear esta primera pieza, que marcó el inicio de la marca Ibrahim Fernandez.
Aprender sobre Tas
Ibrahim no tiene formación formal en moda. Licenciado en administración de empresas, aprendió las nociones básicas de costura y patronaje con tutoriales de YouTube. No quedó satisfecho con sus primeros diseños, pero perseveró. Trabajando en turnos de noche con el diseñador, fue adquiriendo los conocimientos necesarios. Estaba decidido a dominar el diseño de moda.
La primera sala de exposiciones
Con sus primeros ahorros, Ibrahim compró una máquina de coser y se instaló en el patio familiar. Recibió a sus primeros clientes en el salón de su madre. Su primera gran oportunidad llegó gracias a Vlisco, que vio su trabajo en Instagram y le pidió que diseñara piezas para una campaña. Reinvirtió los beneficios para abrir su primer showroom oficial.
De Zango a Ibrahim Fernández
Gracias a sus conocimientos empresariales, Ibrahim no tardó en oficializar la creación de su empresa. Lanzó Zango, una marca urbana que significa “bien vestido” en Costa de Marfil. Las redes sociales desempeñaron un papel crucial en su ascenso. Sus creaciones sobresalían de la competencia y llamaron rápidamente la atención. Isabelle Anoh, una influyente personalidad de la televisión, se puso en contacto con él para un programa. En sólo seis meses, su marca ganó visibilidad y notoriedad.
Comunicación estratégica
Desde el principio, Ibrahim comprendió la importancia de la organización y la estructura. Utilizó a sus hermanas y amigas para las sesiones fotográficas, mostrando estilos urbanos, mezclando bazin y taparrabos. Al cabo de cinco años, Zango se convirtió en una marca homónima. Ibrahim Fernández reorientó su estrategia de comunicación. Es más visible en las redes sociales y trabaja con profesionales para crear contenidos de calidad, reforzando la identidad de su marca.
Ibrahim Fernández es un ejemplo inspirador de éxito a través de la perseverancia y la pasión. Desde el patio trasero de su familia hasta el reconocimiento internacional, debe su éxito a su espontaneidad, perfeccionismo y capacidad para rodearse de las personas adecuadas. Su trayectoria demuestra que, con determinación y creatividad, es posible hacer realidad los sueños y dejar una huella duradera en la industria de la moda.
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